Extremaunción
Arturo Pizá
BESO POSTMORTEM AL CADÁVER DE UN GATO
Escrito para Alexandra Gnevko.
¿Recuerdas al gato que agonizaba frente a nosotros
cuando el semáforo nos marcó el alto?
Me vi en el tornasol acuoso del felino agonizante
desangrándose lentamente por nariz y oídos.
Tú me buscabas no sé qué cosas en la bragueta
no hice caso al presagio
enfilé el auto a la derecha llegamos al hotel
en la habitación te ponías cómoda
yo observaba el cortejo fúnebre en la acera de enfrente
llantos y flores a un ataúd abierto
y tú resucitabas a mi cirio dormido.
Entonces lo intentamos
vinieron las fricciones, el sudor, los gemidos
las mordidas, los jalones de cabello.
Te vi venir con el lomo erizado furiosamente
como una gata de fuego.
Después encendiste un cigarrillo,
desde el reflejo del espejo eras otra.
Me hablaste de cómo en Europa
quemaban en la hoguera a las mujeres bellas
por miedo a que fueran brujas
—¿Y las ruskies no lo son?—
Reíste a carcajadas y fumaste nuevamente.
A tu sexto orgasmo dijiste que me amabas.
Yo pensaba en la agonía del gato
y en tus hermosas nalgas.
¿Crees que el gato ya esté muerto? —pregunté—
en ruso me dijiste: Мед, что кошки мертв!*
Cerré los ojos, le diste un beso a mi verga
y entonces pensé que el gato estaría dormido ya.
*Miel, gato que está muerto!
“Nectáfora. Antología del beso en la poesía mexicana. Compilador Fernando Reyes. (Ediciones Libera, 2009) pp. 43-44.
Poema: Pedro Emiliano