miércoles, abril 27

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Monserrat Díaz y Alberto Vargas


La eclosión del Narciso
Óleo sobre madera, 60 X 50 cm.
2009
Monserrat Díaz




Mi fístulo

Tus labios pintura cereza
estimulan diecisiete centímetros
que cargo
bajo el pantalón de mezclilla.
Tu lengua vaporosa
por fin paladea mi fístulo,
entusiasta de placer,
mira la luz
de un cielo estrellado
que brota
de la boca del sol.

Pintura: Monserrat Díaz
obra contenida en la exposición "Satisfacción garantizada"
Texto: Alberto Vargas Iturbe
del poemario, El canto del fístulo, 2010,
Ediciones Colectivo Entrópico








sábado, abril 16

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MUJER AÉREA



No podías ser más liviana, ni más dulce a tus pasos,
los movimientos forjaban el nuevo génesis impúdico,
la mano derecha se eleva y aparece Sodoma llena de oro y sangre,
la mano izquierda asciende y Gomorra te califica de beata,
los pies pedazos de amaranto que se desmoronan al paso
marcando la senda para el delito impuro, se relaja el aroma,
la cadera se pronuncia a la izquierda y crea una calamidad
movimiento a la derecha erección perpetua, tus párpados adormecidos
dejan ver la pupila dilatada, el sentido más pronto, casi bendita,
tu vientre sigue dibujando ritos y formas que incitan a pecar,
mido la distancia y apunto directo al corazón, una mirada fulminante,
un mirada lasciva, incitante, sedienta y desesperada,
la espalda se arquea despacio al compás de do mayor y si bemol,
es el momento en que mi dermis se estremece, la lengua saliva,
el eje de la tierra permanece atento para hacerlo al par de tu cintura,
tu figura crea la imagen exacta del Ícaro caído al infierno,
la mirada fija a un punto perdido y eterno, en tu boca el éxtasis,
cada movimiento quiebra el aire dejando a su paso un perfume majestuoso,
Terpsícore te alaba por ligera, Hera por hermosa, yo un mortal cualquiera
cree por vez primera en el Olimpo porque vuelas, llena de violencia,
te condenan por sensual, cierras el horizonte de mis ojos
para mostrarte única y tentadora, caricia infame, mujer fatal,
están mis rezos en tus labios y en tu alma mi necesidad.

¿Sientes este silencio?, abre los ojos estamos volando juntos,
está a punto de amanecer…

FOTO: MARVÁZ
TEXTO: AGATHOKLES

viernes, abril 15

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Poequeños precoces

Foto: Agathokles
Chef: Desconocido
Comida: Japonesa
Plato: Mexicano






PEDIGRI

Fue tan astuta
la pinche perra
que salió en mi cara
con su domingo siete
Pero eso sí,
siempre que me ve,
se viene
sin mover la cola.

Saludos familiares

13

Alguna vez...
Sin querer
me vine
Nunca más volví

Maleducado saludo

RESENTIDO

Mientras me voy
... me vengo

PRECOZ VIL

Hoy
no vine
a verte
Hoy
me vine
al verte

Agotado saludo


Textos: Felix Pacheco
Del libro: Pre Textos Poéticos









domingo, abril 3

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Declaración de guerra




Palabras tuyas que sirven de rehenes posmodernos de mi ingrata culpa,
un misterio que no he descifrado para poder pensarte siempre,
la distancia y el tiempo paradojas mutilantes y desesperadas,
ahora te encuentro y mi voz comienza con el brío de gritarte fuerte,
de atropellarte con una suerte de besos oportunos a tu llegada,
la ciudad vuelve a mis pies y me convierto en heredero de tu sombra,
el terco de siempre pero aún más constante y menos cobarde.

Martes de duelo por creerte tangible e inmediata, cuestión de espera,
sabiduría sugestiva convertida casi en lo que aún nos une,
una palabra derrumbó la esperanza para volver a forjarla fuertemente,
esperanza tu nombre y mi condena atemporal y siniestra,
cada dos de octubre marco de sangre el calendario entero,
guardo un minuto de silencio por cada año desgastado, me rindo,
estoy casi tan sediento, casi tan impaciente de saciar el hambre del sereno,
declaro la guerra en nombre de la rosa y esta despiadada alma que me marca.

Ahora comienza la nueva tragedia que es recordar amar,
recordar la sal y la saliva casquivana, pecar es pecar,
aún condenado seguiré en pie de forma bélica e inocente,
percibe atenta las palabras que delinea la forma áurea de mi mano,
comienza el duelo, sin piedad a los débiles, no más clemencia,
sin misericordia de las bocas, ni compasión de cuerpos, esa es la señal.
cinco, cuatro, tres, dos, uno…

No he contado los años que han pasado, pero algo es seguro,
mañana en la batalla terminaré por rendirme en tu honor.
(c) 2012 Editorial Morvoz
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