Gaceta Morvoz No.20, año III (18-6-13)

Amor libre, swinger y otras variantes

EDITORIAL

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SWINGERS.

Minoría que disfruta de relaciones sexuales ocasionales entre amigos, conocidos y desconocidos. El rótulo tiene su origen en la clase media norteamericana de los años 1940, acaso extraído de un juego de intercambio de cónyuges entre marines en bases del Pacífico Sur. Su origen social y cultural condicionó el desarrollo de esta práctica de carácter orgiástico limitado.

Suele ser iniciada por parejas heterosexuales que promueven encuentros eróticos colectivos en bares, discotecas y casas particulares, o bien se conocen mediante avisos personales o en eventos programados por redes sociales. Algunas sólo tienen relaciones con otras parejas, otras forman tríos, aun otras invitan a un cuarto hombre para la mujer, o a una cuarta mujer para el varón, etc. Por lo general, desalientan el contacto sexual entre varones y toleran o estimulan una bisexualidad controlada entre mujeres. También hay parejas gays que disfrutan asistiendo a bares, discotecas, baños o cines para tener relaciones con desconocidos, pero la etiqueta de swinger quedó sobre todo asociada con una práctica de base heterosexual. Dado que el encuentro erótico tiene un carácter recreativo e intermitente, el discurso anarquista del amor libre, con todas sus connotaciones de compromiso, afectividad y contención en el tiempo, puede encontrarse como retórica con escasa o limitada influencia dentro de estos grupos.

Actividades:

Las actividades de intercambio de pareja incluyen:

· El observar a otros cómo se relacionan sexualmente.

· Tener sexo con tu pareja mientras eres observado.

· Besar, acariciar o tener sexo oral con una tercera o cuarta persona (llamado intercambio suave "Soft Swing").

· Tener penetración sexual con algún otro además de tu pareja (intercambio total "Full Swap", lo cual es la definición comúnmente entendida de intercambio de pareja).

Típicamente las actividades de intercambio de pareja ocurren cuando una pareja casada o de otra forma comprometida, se involucra con una pareja similar o un individuo soltero. Estas actividades pueden ocurrir o no en un mismo cuarto. El sexo en estas ocasiones se denomina juego. El fenómeno (o al menos su discusión) puede ser visto como parte de una revolución sexual de las décadas recientes.

Fuentes:

El amor libre, Eros y anarquía (Oswaldo Baigorria)

y wikipedia.org

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Siempre somos tres

Por Éric Marváz

Sin complejos, te dije. Terminamos de coger. Había sido un encuentro sin demasiado romanticismo, venías un poco alegre y con ese aliento alcohólico que me fascina. Arrojaste mi cuerpo sobre el sillón, desabrochaste el pantalón, te comiste mi sexo hasta la base, cabalgaste y me pediste que te los diera en el estómago. Después te tumbaste a un lado con las piernas abiertas y te sumiste en un sueño sudado y caluroso. Me quité la ropa y la aventé al piso. Caminé por la habitación, desnudo y con una gota, blanquísima, de semen columpiándose de la cabeza de mi falo. Tú dices que te gusta esa visión. Busco la cajetilla de “Delicados”, enciendo uno, acaricio mi pene, pienso en lo mojada que te pones a últimas fechas. Adoro tu sexo, la forma, el sabor, el olor, el modo, lo de adentro, lo de afuera. Por eso me acerco. Entre la labia, como una nube en la noche, titila el desencuentro. Arrodillado entre tus piernas observo. Quizá al limpiarte después del baño quedaron restos de papel. Eso. Lo toco. Es latex. La punta de un condón perfectamente recortado. Trato de inventar una historia absurda para disculparte. No hay salida: antes de venir aquí estuviste con alguien más, se vino dentro de ti, te llenó de leche, te lo puso tan duro y bien que el plástico se rompió, te llenó de mocos, te lubricó para mí. Estoy excitado. Te monto suavecito, suave, suave. El cigarro en el piso se consume y yo tengo ganas de llorar.

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Desde el alma de Alma Beatríz

Por Beatríz Fernández

  

Un apacible fin de semana. La lluvia no cesa, se acerca la noche y poco a poco se va transformando tanta quietud, se encienden las luces en la ciudad y el tránsito se vuelve pesado. Así comienza nuestro primer encuentro nocturno en la casona. Con mucho bullicio y los excesos habituales, es el lugar indicado para complacer mis locuras, las fantasías recorren cada una de las habitaciones, el resplandor de las miradas de tanto coyote hambriento buscando con quien saciar sus instintos, mis ojos calculadores sólo observan, manos extrañas trazando mapas con la yema de los dedos descubriendo la intimidad de quien habita esos lugares. Liberales, locos, pervertidos, mentes abiertas sedientas de placeres inconfesables. Espectadores sintiendo algo de voyerismo. No falta el impar que se une al deleite de compartirse, ardorosos encuentros de carne y hueso, todos cómplices disfrutando el erotismo, el encanto de saborear la vida sexual; cera caliente, azotes, quejidos, juegos mentales y físicos; desesperados y violentos, todos animales durante horas, sus exhibiciones satisfacían mi apetito y regalaban un embuste a mi mente. Llegué de tu mano fingiendo ser pareja, rompiendo los mitos eróticos e incitando a la lujuria extraviada en una alucinante espiral de sexo sin ruta, humeante deseo consumado, la fantasía se acabó, valoro y respeto la libertad, disfruto de la mía, gocé lo que pude comprender y me quedo con mi difunto sueño…

Imagen: Dita Von Teese. Vídeo Monarchy, Disintegration ft.

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Miscelánea de Mesalina

Por Gaby Ouu

El agua tibia de la regadera corría... Tus besos me embriagaban mientras acariciabas uno de mis pechos y yo envolvía con mi mano tu sexo erecto jugando en vaivén... Ella se prendió a mi pezón que brotó dentro de su boca de labios carnosos y sus caricias recorrieron mi cuerpo buscando el camino que las llevaría a perderse entre mis muslos... Hacía vibrar mi clítoris y temblar mis piernas... Tu brazo fuerte me sostenía; tu beso incesante ahogaba mis gemidos... ¡El orgasmo fue explosivo! 

Mientras yo recuperaba el aliento ella blandió tu verga y comenzó a devorarla. No dejabas de mirarme a los ojos, alargaste tu brazo y tomándome por la nuca me estrechaste a ti para besarme profunda y pasionalmente.

Sin decir nada la hiciste a un lado, me volteaste contra la pared y me penetraste briosamente una y otra vez... Tus dedos entrelazados con mi cabello, nuestros gemidos resonando y de pronto, tu lácteo elixir brotando dentro de mí...

No supe en qué momento ella salió de la ducha, pero cuando giré para abrazarme a ti, solo eramos Tú y Yo.

Papeles mojados

Por Don Pornleone

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El placer es mío

Por Berta Tarbe

Miradas textibertadas

Araki Nobuyoshi

       

En el momento  que clítoris y pezón fueron lamidos al unísono, fue cuando comprendí que había más de una boca recorriéndome el cuerpo. Hasta entonces, un poco aturdida todavía por el champán de la cena, intentaba adivinar a oscuras quién de mis dos compañeros de apartamento (y amantes por separado) se movía sobre mí con esa deliciosa y urgente velocidad. 

Me excita mucho sentir sus ojos lujuriosos persiguiéndome cuando me paseo sin ropa por la casa con toda la intención de calentarlos. Ellos evitan que sus miradas se crucen, con cierto respeto diría yo, como evitando el duelo, pero disputándose en silencio quién de los dos saldrá beneficiado de mis provocaciones. Lógico, con estos antecedentes nunca me atreví a confesarles que fantaseo con tenerlos juntos en mi cama, follándome a la vez y también por separado, mientras el otro mira y se masturba (aunque sospecho que eso ya lo hacen furtivamente). Mucho menos insinuarles siquiera que me gustaría presenciar cómo se lo hacen entre ellos… ¡Huy!, ya sería el súmmum que colmaría mis fantasías. Por eso, saberlos ahí, desnudos frente a frente sobre mí, lengüeteando del mismo plato con sus miembros erectos rozándose para alcanzar el trofeo que era yo… ¡Joder! eso me volvía loca. Intenté acceder al interruptor de la lamparita y así poder disfrutar del espectáculo con la iluminación que se merecía, pero una mano me lo impidió. Busqué entonces sus pollas a tientas, las junté, jugué con ellas, las froté entre sí, las engullí por igual alternando una con otra y sin saber a quién pertenecían... Después, ansiosa por ser saciada, abrí las piernas para quien quiera que fuese, sin importarme qué terreno invadiría cada una, abandonada como un barco a la deriva al placer que me producía ser tocada a cuatro manos y mil dedos, devorada por dos bocas y poseída por un par de falos.

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¿Que qué deseo?

Por Pé de J.  Pauner

¿Que qué deseo?

Pues atar tus plegarias en los brazos de mi cruz de aspas.

Azotar tus limitaciones con un látigo de nueve colas y contar cada corte para que broten escarabajos peloteros de las heridas.

Son símbolo de resurrección: no malentiendas.

Vendarte los ojos de la mojigatería para que veas de una buena vez que llevas alas que, debajo de la piel, no van recubiertas de plumas y sí de navajas.

Una gag-ball entre los dientes para que cantes una canción de carne tumescente que clama fuego y ducha para que te resquebrajes como la piedra.

Un par de esposas en tus muñecas te darán libertad para que explores tu interior más desconocido.

Y un día te dejaré en la cama, vendada, atada, para que corras kilómetros de dolor que te lance al vacío y te conozcas.

Ese día ya no temerás: te asomarás al abismo de tu propio corazón, me darás las gracias y dejaremos para después la cena y los "te quieros".

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Je suis Ale

Por Alexander Zmeckye

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El Rinconcito

Autorretrato, por Ernesto Guzmán

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Otros demonios

Aquí estaban estos dos hombres jóvenes ayudando en un único acto. Era una nueva sensación para mí. Me pareció deliciosa. Mis partes moldeables se abrieron ante el rígido instrumento como si fuera un guante. El dedo del otro pareció actuar como un acicate sobre los genitales de su compañero. Me follaba con una energía indescriptible. Percibí las cortas y espasmódicas embestidas que proceden a la descarga. Me corrí y, en su éxtasis, el cayó sobre mí. El esperma le surgió como una explosión. Anegó mis rápidas pares en ávidos chorros. Una vez que todo estuvo hecho, se retiró de mala gana, ungido por su compañero. Antes de que pudiera incorporarme, Bill saltó sobre mí. Se colocó entre mis piernas. Contempló mi cuerpo desnudo, enardecido y magullado por el rudo contacto de su compañero, como un halcón que se recreara contemplando a su tierna presa indefensa. Se tumbó y se puso a trabajar, abriéndome los muslos para que lo recibiera. Apuntó el recio miembro hacia mi cálida raja. Me la metió hasta que sentí los pelos ensortijados de su bajo vientre que se aplastaban contra mi monte. Fue una nueva sensación para mí. Me pareció exquisita. El calor, el estado resbaloso en que se encontraba mi interior, el hecho de saber que ese joven no haría sino duplicar el flujo de semen que ya había recibido, elevaron mi imaginación hacia un nuevo hervor. 

—¡Dios mío! ¡Tom, es celestialmente agradable! Mete el dedo por debajo y hazme cosquillas entre los huevos. Se la he metido hasta la cintura. ¡Oh! ¡Dios mío! ¡Oh!...

Eveline, las aventuras amorosas de una dama victoriana, fragmento.
De“El libro de las orgías”, Rubén Solís Krause

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Dibujos de Salvador Dalí (España, 1904 - 1989)

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Casa de citas

Por Pilar Rodríguez

                             Casa de mala nota

Ménage à trois

Ventajas

 • En general.- Puedes compartir la responsabilidad del hogar haciéndote la vida más ligera y tendrás 50% menos probabilidades de pasar frío en invierno.

 • Una mujer y 2 hombres.- Si eres uno de los hombre puedes divertirte haciendo apuestas sobre cual del los dos será padre primero. Si eres la mujer puedes pedir repetición sin tener que esperar las 12 horas de rigor.

 • Un hombre y 2 mujeres.- Si eres el hombre puedes tener un menú más variado en el almuerzo de los domingos. Si eres una de las mujeres siempre puedes tener una amiga con quien criticar, con conocimiento de causa, su mal desempeño.

Desventajas

  • En general.- Tener más de una pareja significa también más de una suegra. Y cuando se mete la pata en alguna decisión, recibir críticas en stereo.

  • Una mujer y 2 hombres.- Si eres uno de los hombres tendrás que vigilar estar sobrio todo el tiempo y sobre todo vigila tu retaguardia, que nadie sabe lo de nadie. Si eres la mujer tu capacidad de comunicación se reducirá ya que durante el doble de lo habitual estarás coaccionada a no poder hablar libremente.

 •  Un hombre y 2 mujeres.- Si eres el hombre recuerda que tendrás dos suegras. Si eres una de las mujeres tendrás que acostumbrarte a recibir la mitad de lo que reciben otras, hablo del salario.

¿Sabías que…

• ... una pena entre dos es menos "à trois"'?

• ... si fuera entre tres el "menos" se volvería "más"?

• ... dos son compañía y tres son cuatro letras?

• ... el hombre oso cerdo fue engendrado en un Ménage à trois?

Fuente: inciclopedia.wikia

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