Revaluemos la actividad humana del sexo amplio, gustoso y sin tabúes para que a la larga no derive en malas relaciones, complejos y filias. Sea pues.
jueves, enero 19
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Tiempo y distancia es el único enemigo precoz y obsoleto,
que no distingue realidad o esencia,
un paso que se convierte en obstáculo matizado de savia,
pero sin el candor del tacto,
un amante voyeur que complace sus estigmas mentales
con efigies de calibre descomunal,
una batalla bíblica en que ser herido del costado o hidratado con vinagre
no sublevan más que imágenes postradas en delirios casi desnudos,
casi con piel, evocando sentimientos aleatorios de pasión y esquizofrenia.
curvas que trascienden de Pompeya a Sodoma
y saltan con jaurías hambrientas de embelesos prohibidos,
de palabras vetadas y se resguardan en lo impropio de un ser beatificado,
versos empotrados que condenan al mal amante a cielo y mortaja,
otros que incitan a conocer lo cándido del Hades y lo placentero del género.
eres una infamia femenina que vuela pronto porque sabe de vuelo,
ante los ojos de Afrodita y el síncope de Eros,
Ídolos estáticos que corrompen sudarios,
desafían sacramentos y cometen el crimen de semejarse a Dios.
CRIMEN
Tiempo y distancia es el único enemigo precoz y obsoleto,
que no distingue realidad o esencia,
un paso que se convierte en obstáculo matizado de savia,
pero sin el candor del tacto,
un amante voyeur que complace sus estigmas mentales
con efigies de calibre descomunal,
una batalla bíblica en que ser herido del costado o hidratado con vinagre
no sublevan más que imágenes postradas en delirios casi desnudos,
casi con piel, evocando sentimientos aleatorios de pasión y esquizofrenia.
curvas que trascienden de Pompeya a Sodoma
y saltan con jaurías hambrientas de embelesos prohibidos,
de palabras vetadas y se resguardan en lo impropio de un ser beatificado,
versos empotrados que condenan al mal amante a cielo y mortaja,
otros que incitan a conocer lo cándido del Hades y lo placentero del género.
eres una infamia femenina que vuela pronto porque sabe de vuelo,
ante los ojos de Afrodita y el síncope de Eros,
Ídolos estáticos que corrompen sudarios,
desafían sacramentos y cometen el crimen de semejarse a Dios.
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