martes, abril 20

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Cielo

Foto: A. Zmeckye




En primera instancia desconocía que no traías ropa interior. En segunda no me creí el elegido de tus quebrantos sexuales. La prueba era aún mayor: me mostrabas tu sexo entreabierto, inaccesible de tan lejos. Traté de acertar a hacer algo sin poder, había que actuar pues la visión de ti con los muslos abiertos representaba la consecución de las utopías. Podía ver tus dedos, los cotidianos de construir, separando tu monte protuberante. El movimiento ondeante de tu mano provocaba una visión de entrada rugosa y, por micras de segundo, el interior rosa perlado de saliva.





Pese a la distancia el aire se llenó de ti

Tu presencia se volvió aroma

Aspirarte con el olor de cuando me piensas dentro

Intentaba convencerte de que vencieras tus convicciones





Texto: Marváz (México)



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